Cartelera cinematográfica y publicidad



En la década de los cuarenta del siglo xx la industria fílmica mexicana se encontraba en la cúspide. Grandes personalidades sobresalían en las marquesinas y el lanzamiento de las películas suponía una intensa difusión a través de los carteles para promover a sus principales actores. El cine y las publicaciones ilustradas impactaron en la opinión pública por lo que su publicidad cumplió un rol importante en la sociedad mexicana. El cartel se convirtió en uno de los instrumentos difusores de la industria cinematográfica.

Grandes actores de la época de oro del cine mexicano fueron dibujados por García Cabral como el famoso “peladito” personalizado por Mario Moreno Cantinflas. Otro artistas retratados en sus carteles son Germán Valdés “Tin Tan”, el “pachuco” divertido y entrañable que protagonizó El rey del barrio, El Revoltoso, La Marca del zorrillo y Los Tres mosqueteros y medio; “Resortes, resortín de la resortera”, Adalberto Martínez, reconocido por su singular manera de bailar en la que improvisaba pasos y movía su cuerpo como si los huesos fueran elásticos como un  resorte. También dibujó a Joaquín Pardavé de manera elegante y carismática, a quien su gracia natural lo hizo singular. El cine y su cartel dieron identidad a la sociedad. Los carteles cinematográficos forman parte de una gráfica popular heredada por José G. Posada y Manuel Manilla, y contribuyeron a configurar rasgos de la identidad nacional.

No se limitó a personajes de la farándula o populares, su obra incluye también ilustraciones sobre caricatura comercial. Sus dibujos publicitarios destacan por sus líneas delgadas, sencillas, contrastes de color, imágenes llamativas y sin complicaciones. La publicidad elaborada por él cumplía con el objetivo de retener la atención del lector sobre productos diversos como automóviles, relojes, cámaras fotográficas, cigarrillos, jabón, productos alimenticios, ropa, bebidas, etcétera.